La fotografía que incluyes en tu currículum es una de las primeras impresiones (además del diseño del documento) que tendrán los reclutadores sobre ti, por lo que es primordial considerarla y cuidarla como un contenido más, intentado que transmita profesionalidad, pero sin alejarse de tu personalidad. ¿Cómo conseguirlo? ¡Muy fácil!:
- Elige un fondo adecuado: Lo ideal es que el fondo sea neutro y no distraiga la atención de la imagen principal: tú. Puedes optar por un fondo blanco o gris claro; o, incluso, una pared lisa.
- Cuida la iluminación: Es clave en cualquier fotografía; y, en la de tu CV, no es diferente. Busca una fuente de luz natural o utiliza luces artificiales para iluminar tu rostro de manera uniforme.
- Vístete adecuadamente: Escoge la ropa que, normalmente, usarías en una entrevista de trabajo. Una buena opción es utilizar ropa en colores sólidos, ya que esto no distraerá la atención de tu rostro.
- Pose y expresión: Se recomienda un plano de medio cuerpo o busto, con una expresión natural y amigable. Evita las poses exageradas o serias, que puedan verse como antipáticas.
- Edita y mejora tu foto: Este paso no es imprescindible, pero puede ayudar a mejorar la imagen final. Ajusta valores como la exposición, el contraste y la nitidez para obtener una imagen más atractiva.
¿Necesitas inspiración? ¡Recuerda intentar no forzarte a copiar! Siéntete cómodo/a, sé tú mismo/a, pero ayúdate, si lo necesitas ;).