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Si tienes en mente llevar a cabo promociones o eventos pero no sabes cómo darlos a conocer, debes saber que los vinilos suponen una excelente forma de hacerlo. La incorporación de estos elementos al escaparate (o a cualquier otra zona de tu negocio) convertirá esta superficie en un reclamo vistoso que muy probablemente conseguirá atraer la atención del público y que este reciba el mensaje de forma clara y directa. El vinilo es, por decirlo de alguna manera, el mejor “vestido” que puedes ponerle a tu negocio y el hecho de que sean fáciles de poner y de quitar te ofrece la posibilidad de renovar cada cierto tiempo la apariencia de tu establecimiento.

En cuanto a los diferentes tipos de vinilos que existen en el mercado, estos se pueden clasificar en base a diferentes aspectos. La clasificación más común se realiza en función del método con el que estos se fabrican. De esta manera, podríamos clasificarlos en los siguientes tipos:

  • Fundidos: son los que poseen una mayor calidad y durabilidad, se utilizan generalmente para aplicaciones más exigentes o superficies irregulares en las que resulta complicada la colocación de un vinilo. Su gran calidad se debe a que el proceso de elaboración es más complejo, de ahí que sean también más caros. Este tipo de vinilos tiene una durabilidad aproximada de 10 años.
  • Calandrados: se diferencian a su vez en monoméricos (para interior y más económicos) y poliméricos (para exterior). Poseen una calidad más baja respecto a los fundidos y su durabilidad es, asimismo, menor. Los primeros poseen una durabilidad de entre 2 y 3 años, mientras que los segundos pueden resistir entre 5 y 7 años.

Asimismo, es importante distinguir entre vinilos de corte o de impresión. Por un lado, los vinilos de corte están formados por una película adhesiva que se utiliza principalmente en escaparates, números de camisetas o decoración del hogar. Si bien, este tipo de vinilos proporciona una mayor durabilidad, posee el inconveniente de que únicamente se pueden elaborar en un solo color.

Por otra parte, los vinilos de impresión ofrecen un mayor número de opciones, ya que el color no es limitante, como sí sucede con los anteriores. A pesar de que ofrecen una resistencia y un agarre a las superficies menor, este tipo de vinilos permite crear el diseño y la forma deseados.

Pues bien ahora que ya conoces los diferentes tipo de vinilos que existen, deberás elegir el que mejor se adecue a tus necesidades y a las de tu negocio.

Ejemplo de cómo quedaría un vinilo de impresión sobre un escaparate vacío

 

Hasta aquí todo parece sencillo, ¿verdad? Sin embargo, a la hora de colocar el vinilo (especialmente si eres novato en este aspecto) puedes encontrarte con algunas dificultades. Es por ello que, a través de este post, desde OlivaLoLo, queremos darte una serie de pautas y consejos que te permitan colocar tu vinilo de manera adecuada.

Seguramente te preguntarás, antes de nada, cuáles son los materiales que necesitas para llevar a cabo este proceso y obtener un resultado estupendo. Pues bien, hemos recogido los materiales necesarios en la lista siguiente y, como puedes observar, no son nada del otro mundo:

  • Pulverizador con agua
  • Jabón
  • Cinta de carrocero
  • Trapo limpio
  • Espátula
  • Cinta métrica
  • Nivel de burbuja

Una vez que cuentes con estos materiales, estás listo para llevar a cabo el proceso de colocación del vinilo. Para ello, es fundamental que tengas en cuenta los siguientes pasos:

  • Lo primero que debes hacer es comprobar que la zona donde vas a colocar el vinilo está perfectamente limpia y, en caso de que no lo esté, debes limpiarla utilizando el jabón y el trapo limpio (CONSEJO: evita utilizar limpiadores que contengan productos químicos, pues podrían dejar restos en la superficie).
  • Seguidamente, es necesario que midas la zona donde deseas colocar el vinilo y que la marques utilizando la cinta de carrocero.
  • Ahora es el momento de colocar el vinilo sobre la superficie, quedando la cara del vinilo pegada a ella y el papel siliconado por fuera.
  • En este momento, debes utilizar el pulverizador para humedecer la superficie, así como la zona del vinilo que contiene el pegamento.
  • Una vez que el lado adhesivo del vinilo esté humedecido, es necesario que le des la vuelta (CONSEJO: realiza este paso con sumo cuidado, pues al estar el pegamento por la parte externa, es posible que el vinilo se doble y se pegue. Si tu vinilo posee un gran tamaño, recomendamos que pidas ayuda a otra persona para llevar a cabo este paso).
  • Llega el momento de colocar el vinilo con la parte adhesiva contra el cristal, para ello utiliza las zonas marcadas con la cinta de carrocero como referencia.
  • Ya casi lo tienes, ahora utiliza la espátula para retirar el agua y que el vinilo quede perfectamente pegado. Para ello, debes realizar movimientos desde el centro hacia fuera. Es importante que tengas paciencia y vayas poco a poco.
  • Si has seguido todos estos pasos adecuadamente, una vez que se seque, tendrás tu vinilo perfectamente colocado.

Debes tener en cuenta que, como hemos dicho antes, es normal tener dudas y dificultad la primera vez que colocas un vinilo, no obstante, en este caso, al igual que sucede con prácticamente todo, la práctica hace la perfección.

Esperamos que este post te haya servido de ayuda, si todavía te queda alguna duda, no dudes en contactar con nosotros para que intentemos resolverla.