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La fotografía que incluyes en tu currículum es una de las primeras impresiones (además del diseño del documento) que tendrán los reclutadores sobre ti, por lo que es primordial considerarla y cuidarla como un contenido más, intentado que transmita profesionalidad, pero sin alejarse de tu personalidad. ¿Cómo conseguirlo? ¡Muy fácil!:

  1. Elige un fondo adecuado: Lo ideal es que el fondo sea neutro y no distraiga la atención de la imagen principal: . Puedes optar por un fondo blanco o gris claro; o, incluso, una pared lisa.
  2. Cuida la iluminación: Es clave en cualquier fotografía; y, en la de tu CV, no es diferente. Busca una fuente de luz natural o utiliza luces artificiales para iluminar tu rostro de manera uniforme.
  3. Vístete adecuadamente: Escoge la ropa que, normalmente, usarías en una entrevista de trabajo. Una buena opción es utilizar ropa en colores sólidos, ya que esto no distraerá la atención de tu rostro.
  4. Pose y expresión: Se recomienda un plano de medio cuerpo o busto, con una expresión natural y amigable. Evita las poses exageradas o serias, que puedan verse como antipáticas.
  5. Edita y mejora tu foto: Este paso no es imprescindible, pero puede ayudar a mejorar la imagen final. Ajusta valores como la exposición, el contraste y la nitidez para obtener una imagen más atractiva.

¿Necesitas inspiración? ¡Recuerda intentar no forzarte a copiar! Siéntete cómodo/a, sé tú mismo/a, pero ayúdate, si lo necesitas ;).